Oscuras sombras de la gélida noche que me persiguen
con sus miradas vacías de indiferencia,
me llevan en un mundo donde gobierna la espesa niebla dejando así a todos ciegos ante la ausencia de la luz del Sol.
Como un día muerto, igual que el oscuro rincón de
la memoria de las horas pasada.
Encontrándome así en este mundo,
mis lágrimas bebí, mis ojos cerré,
y delicadamente la muerte me llevó con ella.
Como un día muerto, igual que el oscuro rincón de
la memoria de las horas pasada.
Encontrándome así en este mundo,
mis lágrimas bebí, mis ojos cerré,
y delicadamente la muerte me llevó con ella.
Finalmente, el fuego de la vida, ya no lo vuelvo a sentir.